Cuando Alec Issigonis ideó un cochecillo de tracción delantera de apenas tres metros de largo con motor transversal, seguramente ignoraba que acababa de crear el mejor coche de rallies de la década de 1960. Los Mini de carreras llevaban un motor Cooper de 1.071 cc que en 1964 se sustituyó por otro de 1275 cc y 100 CV. No era mucho en comparación con los Porsche, Alpine, Citroen o Austin Healey con los que convivieron en el departamento de competición BMC, pero los Mini tenían otra ventajas, entre ellas su reducido peso y su facilidad de conducción. El Mini consiguío un increíble palmarés en el que destacan tres rallies de Montecarlo, que debieron ser cuatro de no mediar una polémica descalificación en 1966, tres Mil Lagos. Entre los pilotos debe destacarse a Timo Mäkinen, Rauno Aaltonen, Paddy Hopkirk y Pat Moss, una de las primeras rallywomen
Reproducción de plastico de Scalestric-Altaya con un molde de la epoca de Exin.
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